lunes, 23 de noviembre de 2015

Paris, 13N, el días después.

Después de un largo día caminando por París, el 13N, llegué a la casa de una amiga donde me estaba alojando, como a las 20:00. El cansancio hizo que me quedase dormido, tenía pensado salir por la noche a seguir haciendo fotos, tanto fue así que busque un sitio donde vendiesen film color para este propósito.
Como a las 21:20, me despierto por el fuerte sonido de lo que parecen ser petardos, pero después de oir varias ráfagas, me doy cuenta que es algo más, son disparos!, se empiezan a oir sirenas, llegan policías, ambulancias, bomberos, protección civil...desde la ventana veo gente correr dentro de los portales, suben a las casas en grandes grupos, 40 o 50 personas, las tiendas echan el cierre a toda velocidad, más disparos, gritos, nadie sabe lo que está pasando.
 No tengo wifi ni televisión en la habitación, en un primer momento pienso en un atraco...siguen llegando policías, ambulancias...esto es algo muy serio pienso, conecto los datos del móvil...más de 40 mensajes de amigos y familiares preguntándome si estoy bien, tranquilizo a mis padres, estoy bien me ha pillado en la habitación. Empiezo a leer, es un ataque terrorista. Llega el ejército, mi bloque esta acordonado, no puedo salir del portal, el cual está lleno de gente buscando refugio, hay sangre.
Estoy al lado de la sala Bataclan, me entero que hay un tiroteo y rehenes.
En la habitación me entero de lo que ocurre por internet y por la ventana, se oyen disparos de vez en cuando...el ejército obliga a todo el mundo a permanecer en sus casas y nos invitan a que dejemos las ventanas.
Ese día no pude dormir hasta las 05:00 de la mañana, me asomo el ejército sigue en la calle.
A la mañana siguiente, como a las 09:00 salgo a la calle, la zona sigue acordonada, empieza a llegar la prensa de todas las partes del mundo.
Desoyendo el consejo de la portera(menos mal, habla español) quiero ver como respira París el día después del peor ataque sufrido en su propia casa.
Calles vacías, todo cerrado y una psicosis que se puede respirar por cada rincón. Hasta tal punto que ese mismo día en mi camino de vuelta, estando sentado en una calle céntrica, veo como 200 personas corren en el sentido en el que yo estoy, gritando, contemplo la escena y sí, corro, no creo que tardase ni dos segundos en reaccionar, unos 100 metros más adelante, pregunto de qué corremos, nadie sabe nada, falsa alarma, acabo de correr en una estampida por miedo, seguramente algún sonido fuerte, bombilla explotada, vete a saber...
Vuelvo a la habitación, decido no salir esa noche. Lo demás ya es historia.
Aquí algunas fotos de esos días.
D.E.P

©enriquejurado todos los derechos reservados














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